viernes, 31 de agosto de 2012


Ejercicios de fotografía

Paisajes: Leo Matiz, Martín Chambi y Robert Doisneau






 
Imitando a Chema Madoz






sábado, 25 de agosto de 2012


Tercera Crónica

UNA VIDA DE AVENTURAS

Por: Silvia Juliana Vargas
Hoy hablaré de algunos aspectos de la vida de una joven a quien comúnmente llamo “Elizita”. Bueno, ¿quién es Elizita? En primer lugar su nombre completo es: Elizabeth Gómez Blanco, una muchacha que actualmente tiene 23 años y estudia Licenciatura en Español y Literatura en la Universidad Industrial de Santander y cursa octavo semestre. En estos días, estando en la Biblioteca de la Uis y en el Edificio de Ciencias Humanas, hablaba con Elizita sobre las cosas que teníamos pendientes y en especial de las dos actividades que ella desarrolla actualmente: trabajar y estudiar, dos cosas bastante complejas que requieren de mucho compromiso y organización en su vida. Dentro de las cosas que me dijo, me explicó que para poder pagar los gastos de la universidad ella ha tenido varios trabajos como: en un salón de belleza, mesera de bares, en restaurantes y hoteles. También me dijo que actualmente está viviendo con su hermana.
Pues bien, Elizabeth me decía de manera detallada cómo inicia cotidianamente su semana, una semana cargada de muchas aventuras y muchas responsabilidades que deben ser repartidas en el transcurso del día y la semana. Es decir, al iniciar el lunes lo primero que ella hace es levantarse temprano, bañarse y arreglarse. Arreglarse le implica un poco más de tiempo, pues normalmente las mujeres siempre acostumbramos a demorarnos un poco más mientras decidimos si ese peinado cuadra con la ropa, los zapatos o tal vez pensar por un momento si realmente su amor la verá verdaderamente linda en este nuevo día. Seguidamente revisa que todo su material de lecturas esté en su bolso, para posteriormente mirar si aun le alcanza el tiempo para desayunar. De lo contrario, emprende el largo recorrido que le espera, pues tomar el  bus no es nada fácil ya que vive en Piedecuesta.
Normalmente Elizita se dirige a coger el bus con un horario muy estricto, para poder llegar temprano ya que el recorrido es bastante largo, por los trancones que cotidianamente se forman en la ciudad. Siendo más claros, cuando tiene clase a las 8:00 a.m. debe salir de su casa a las 6:40 a.m. para llegar en punto a la parada. Por lo tanto, cuando ella ha llegado a las 7:00 a.m. a la parada, siempre ha llegado a la universidad aproximadamente con veinte o treinta minutos de retraso, cosa que a veces causa incomodidad en ella misma y probablemente en los profesores. Así es como normalmente empieza un día para Elizita.
Cuando es lunes hay clase de Didáctica en el CENTIC, lugar donde el profesor Wilson Gómez dicta sus clases normalmente, con diversas actividades que siempre están programadas con anticipación. Al terminar la clase Elizabeth acostumbra a dirigirse a la Biblioteca donde estudia hasta las doce del medía día, para finalmente encontrarse con su novio Jaime, una persona especial que siempre la acompaña a almorzar, a no ser que se presente un imprevisto u otra situación que lo impida. El almuerzo constituye un espacio en el que comparten, dialogan sobre algunas de las vivencias que cada uno ha tenido en el día, se ríen, descansan y regresan como siempre al lugar de estudio: la Biblioteca de la uis, lugar que siempre los acoge para largas horas de lecturas y preparación de trabajos.
El lunes concluye cuando Elizabeth sale de la universidad con su novio Jaime para tomar el bus. Para esto, deben dirigirse a la catorce, lugar donde acostumbran a esperar el transporte cotidianamente. Cuando se suben empiezan a hablar otro rato, pues el recorrido es bastante largo. Estando aun en el bus empiezan a comentar cómo les acabó de ir, hablar de algunas actividades pendientes, de algunos planes que tienen; en conclusión de todas las cosas que normalmente les suceden, sean emocionantes o tristes. Finalmente, Elizita se despide de su amor Jaime, y llega a la casa donde la espera su hermana Nancy, con una deliciosa comida que ha preparado con mucho cariño. Cuando Eliza termina de comer, se dirige a la habitación de su hermana y allí comparten un buen rato para hablar algunas cosas que les han sucedido durante el día, las tareas y algunos favores que siempre suelen hacerse entre hermanas.
De igual forma transcurre el día martes con mucho entusiasmo, muchas actividades por hacer. Elizita siempre empieza a realizar desde muy temprano sus trabajos y demás cosas. Lo que son los días miércoles y jueves a veces están cargados de otra programación que le ayudan a salir un poco de la rutina. Casi siempre, durante esos días hay programas culturales a los que ella acostumbra a asistir con Jaime. Estos programas normalmente de desarrollan de 7: 00 p.m. a 9:00 p.m.,  un espacio para descansar y recrearse un poco. También en el transcurso de la semana Elizita casi siempre se encuentra con su compañera Silvia, con quien acostumbra a hablar de los trabajos pendientes, de cómo ha transcurrido el día en las diferentes asignaturas y de los materiales que deben consultar en la Biblioteca de la Uis y en la Red de Bibliotecas del Banco de la República. Además, Elizita y Silvia a veces se toman un frappe mientras molestan un rato, caminan y hablan de otras cosas que les divierten: diversas cosas chistosas que les han pasado en el día en las diferentes asignaturas.
El viernes igual que los días anteriores Eliza asiste a clase y se prepara porque se aproxima el fin de semana, un fin de semana cargado de muchos compromisos que debe saber distribuir, pues a veces debe realizar algunas lecturas, demás trabajos de la universidad, en fin, muchas cosas. El fin de semana compuesto por sábado, domingo y otras por un lunes festivo constituye una gran oportunidad para Elizabeth, porque sabe que se ganará el dinero que necesita para suplir sus gastos de la universidad y demás cosas.
Elizita casi siempre trabaja los domingos, pero cuando empieza su trabajo el sábado, el horario de su turno es diferente pues es desde las 8:00 a.m. hasta las 5:00 p.m. Elizita me decía: yo cojo la buseta, llego a la entrada del “Condominio Rosales” donde esta el bus de los empleados y me subo habiéndome registrado con el carné de empleados. Estando en el bus hacemos bromas, nos saludamos y actualizamos agenda. También saludo a Julietica, la señora del aseo a la que admiro mucho porque es muy buena persona, alegre y no le pone peros a las cosas.
Después de esto, llego al lugar donde me corresponde trabajar que se llama “Vergel”. Este es un club donde hay canchas de tenis, voleibol, squash, gimnasio, piscina, entre otras cosas. Yo soy la encargada de la piscina aunque ahora me desempeño como sacadora de cada pedido que hacen todos los meseros. Así transcurre el día y al terminar el turno converso con los meseros, con mi hermana que también trabaja allí. Después, alistamos el “mice o place” del otro día para el servicio (servilletas, vasos limpios y brillados, las copas, los manteles, los puestos y servilletas hechas bolsillo para los cubiertos.
De 5:30 p.m. a 6:00 p.m. nos vamos a “La Suprema”, la única panadería de Ruitoque que queda frente al “Vergel” y comemos galletas o dulces raros con figuras de hamburguesitas, perros o pizzas de gomitas. Finalmente, el bus nos baja a la entrada del condominio y mientras tanto algunos meseros nos invitan a tomar o a salir, pero yo digo que no porque estoy cansada o tengo que estudiar. Así que llego a la casa con mi hermana, como y a dormir. Es así como termina mi fin de semana Silvita y así sucesivamente…