viernes, 29 de junio de 2012

Crónicas y mucho más...

Primera Crónica

MI FIN DE SEMANA
Por: Silvia Juliana Vargas
Siendo las diez y media de la mañana del día viernes 25 de mayo, me dispuse a organizar todas las actividades que realizaría durante el fin de semana. Primeramente, el viernes 25 de mayo aproximadamente a la 1 de la tarde salí con mi novio a comprar una carpeta para guardar las fotocopias del semestre pasado y unos lapiceros que necesitaba. También compré otros materiales como: cartón paja y unos botones, pues debía elaborar con la ayuda de mi novio una ruleta, para los niños de ocho años de la iglesia donde asisto. De regreso a la casa, pensábamos en cómo sería el diseño de la ruleta y si eran suficientes los materiales que habíamos comprado y los que teníamos en la casa.
Después de haber transcurrido gran parte de la tarde, llegué a la casa junto a mi novio, quien se convirtió en un excelente cómplice en la elaboración de la ruleta. Primero se hicieron los círculos en el cartón para posteriormente recortarlos, pero nos dimos cuenta que debíamos comprar un transportador y buscar un soporte que permitiera girar correctamente la ruleta, porque pensábamos que probablemente los botones no funcionarían. Al llegar al supermercado Cootracolta adquirimos el transportador y un paquete grande de platanitos que sirvieron de onces cuando regresamos nuevamente a la casa.
Durante la elaboración de la ruleta pasamos una tarde y parte de la noche muy divertida, pues la selección de los colores era fundamental porque era para unos niños de ocho años. Por lo tanto, escogimos papel Kimberly de color azul, verde y fucsia para darle un toque de alegría y diversión. Además, las doce preguntas que llevaba la ruleta fueron elaboradas con base a un libro de temas bíblicos para niños. Pegar cada parte de la ruleta constituyó una tarea muy fácil, lo chistoso fue que yo boté sin culpa los botones que nos servirían para sostener la ruleta. Buscamos en todas partes, hasta que por fin los encontré en la basura. Aunque la elaboración de la ruleta parecía tan sencilla acabamos a las 9 de la noche con mucha satisfacción, pues quedó muy bonita y llamativa para la actividad que realizaría el domingo en la mañana en la iglesia. Definitivamente fue una tarde de aventura en la que nuevamente recordé los trabajos de primaria que tenían tanto color y diversión, pero también tanto trabajo para los papás.
El sábado 26 de mayo, un nuevo y hermoso día que dispuse para organizar rápidamente parte de mi ropa y de mi habitación, se convirtió en una mañana muy agradable pues amo el orden y la limpieza, para mi es indispensable estudiar en un entorno agradable. Ordené todo lo más rápido posible pues me habían invitado a almorzar a las doce del día una deliciosa mojarra. Al llegar al lugar donde almorcé me encontraba acompañada de mi novio y de su hermano. El almuerzo estuvo delicioso como de costumbre y pasamos un momento muy agradable en este restaurante del centro de la ciudad que se llama “El Mocho”. Definitivamente la mojarra acompañada con patacones, ensalada, aguacate y una deliciosa limonada, fue un gran almuerzo que disfrutamos y agradecimos a nuestro gran amigo Juan Carlos Corredor, un hombre sencillo y muy cariñoso.
Después de salir del restaurante el hermano de mi novio se dirigió rápidamente a su trabajo y mi novio me acompañó a la casa. Allí hablamos un rato y se fue porque tenía clase a las dos de la tarde. Estando en mi habitación recordé que debía hacer una actividad para la clase del domingo, por lo tanto me dirigí a la habitación donde está el computador a hacer una sopa de letras y unas invitaciones para el culto del jueves dirigido por las damas jóvenes. Finalmente antes de las siete fui a la iglesia donde hubo un ambiente muy especial.  Regresé a mi casa nuevamente a imprimir y recortar las invitaciones que había elaborado durante la tarde y me acosté aproximadamente a las 12 de la noche, porque me demoré imprimiendo. Definitivamente el sábado también pasé un día muy agradable y bendecido.
Finalmente el domingo 27 de mayo me levanté muy temprano a acabar de organizar los materiales que llevaría para la clase de los niños de ocho años de la iglesia. Me bañe, me organicé y salí de mi casa casi a las ocho y media de la mañana. Estando allí salude a mis amigos, repartí las invitaciones para el culto del jueves junto con otras dos muchachas: Jael y Nathalie. Siendo las once de la mañana había llegado el momento de dar la clase a los niños. El tema era “La confianza en Dios” basándome el capítulo 6 de Daniel que nos habla cuando Daniel estuvo en el foso de los leones. Durante la clase los niños molestaron como de costumbre, pero había un ambiente agradable de participación. Lo más importante es que aprendieron en qué consiste la confianza y cómo Dios ayudó a Daniel en todo momento porque confiaba plenamente en él. La ruleta resultó un juego muy divertido, pues todos participaron. Finalmente en la clase repartí las sopas de letras que llenaron los niños con mucho entusiasmo. Algunos hicieron trampa y otros la hicieron sin ayuda. Al concluir la clase acostumbro a darles un caramelo o galleta, en este caso les llevé un masmelo. Los niños se sintieron muy contentos en la clase y a las doce se fueron porque ya había finalizado la clase. Antes de salir de la iglesia, con mi novio compramos un postre de limón para cada uno y dialogamos un rato porque estábamos disgustados.
Cuando llegamos a mi casa nos esperaba un delicioso almuerzo que constaba de un delicioso plato con dos crepes, papás a la francesa y jugo de mango. Todo estuvo muy delicioso y pasamos un momento agradable en familia. Durante la tarde descansé y dormí un rato, algo que acostumbro hacer los domingos en la tarde cuando no tengo muchas actividades pendientes. Casi a las cinco de la tarde me dispuse a recopilar la información necesaria para elaborar mi crónica. Al comienzo fue un poco difícil, pero pienso que todo fue fluyendo. Finalmente me acosté a las diez y media satisfecha de mi trabajo.